María Antonia es una obra escénica que entrelaza lo ancestral y lo contemporáneo desde la mirada de una mujer de un barrio habanero. A través del cuerpo, el ritmo y la memoria, la pieza teje un acto cargado de fuerza, donde lo tradicional convive con lo experimental. En un universo habitado por orishas, cantos y tambores batá, la gestualidad de la danza se funde con el teatro físico para crear un lenguaje híbrido e inmersivo que invita a reflexionar sobre tradición, deseo e identidad. Escrita por Eugenio Hernández Espinosa en 1967, la obra celebra el folklore afrocubano y su vitalidad, reinterpretándolo mediante diseño escénico, proyecciones y sonido contemporáneo.
