Ser bailarina es una obra que utiliza una dramaturgia silenciosa para explorar el cuerpo como narrador y medio de transmisión de poemas que expanden la realidad. La pieza busca conmover, enseñar y reflexionar a través del arte como forma de revolución y reivindicación, sin seguir una narrativa lineal, valorando todos los elementos escénicos y diversos lenguajes en igualdad de condiciones.