Maldita Medea es una obra teatral que reimagina a Medea como una mujer traicionada por un amor tóxico, dispuesta a desatar una venganza intensa. Acompañada por Zília, un espectro demoníaco que se alimenta de celos y obsesión, la protagonista atraviesa una mente consumida por el dolor y la dependencia emocional. La pieza explora la delgada línea entre mito y realidad, revelando cómo la rabia puede nublar la mente y convertir la vulnerabilidad en potencia destructiva.