Obra teatral basada en la novela de Oscar Wilde. Dorian Gray, joven aristócrata, desea que su retrato envejezca en lugar de él; desde entonces su juventud permanece, mientras el retrato se oscurece y revela su alma y sus actos inmorales. La puesta en escena explora el hedonismo, la belleza y la culpa, a través de una estética opulenta y sombría, con recursos de iluminación, espejos y proyecciones que intensifican la dicotomía entre apariencia y realidad. Recomendado para mayores de 16 años.