Macabro sumerge al público en una angustiante sesión entre Tiago, un paciente con esquizofrenia atormentado por espíritus oscuros, y el enigmático Dr. Max, su psiquiatra. En un teatro abandonado, ambos acuerdan una sesión terapéutica que pronto desdibuja las fronteras entre cordura y realidad. A medida que se revela el oscuro legado de Fray Diego, un despiadado monje, Tiago debe enfrentarse a una revelación que podría cambiar su destino para siempre. La obra, con imágenes oníricas y un ritmo tenso, explora la culpa, el miedo y la posibilidad de redención en una puesta en escena que fusiona lo tangible con lo simbólico.
